El directorio de la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica hace propicio el día mundial de la anticoncepción para declarar su postura frente a sus asociados y la comunidad.
Nuestro país ha visto un sostenido avance en materia de derechos sexuales y reproductivos, gracias a la voluntad de los diversos sectores para reconocer el derecho básico de todas las parejas y personas a ejercer libremente la sexualidad, tener relaciones sexuales placenteras, sin riesgo para la salud, decidir libre y responsablemente el número y espaciamiento de los hijos e hijas que se desea tener, tener suficiente acceso a la información para hacerlo y no tener barreras en la sociedad para su libre acceso.
Los derechos sexuales y reproductivos se vinculan con derechos humanos esenciales tales como el derecho a la vida, salud, educación, libertad individual, vivir libre de maltrato, no ser víctima de discriminación y acceder a los beneficios del progreso científico, entre otros. Cada integrante de la pareja tiene el derecho de esperar y exigir igualdad, consentimiento, respeto mutuo y responsabilidad compartida en las relaciones sexuales y en el proceso reproductivo.
La planificación familiar es la metodología ideal para diseñar la estructura de la familia cuando es asumida voluntariamente por las personas, para contribuir a crear las mejores oportunidades de felicidad para madres, padres e hijos. Tiene nítidos efectos en la salud pública porque ayuda a disminuir la incidencia de embarazos no deseados; los beneficios de la misma metodología para regular la fertilidad se extienden a adolescentes y personas vulnerables.
La anticoncepción consiste en métodos hormonales y no hormonales que evitan eficazmente el embarazo antes o después del contacto sexual, es decir, usados de la forma correcta todos evitan el embarazo.
Los anticonceptivos tienen diversas propiedades que los diferencian e implican beneficios y riesgos, también diferentes para cada uno de ellos. Los anticonceptivos hormonales, por su naturaleza y mecanismos de acción, tienen beneficios potenciales que se extienden mas allá de regular la fertilidad, por lo que algunos de ellos se usan también en el tratamiento de ciertas enfermedades endocrinológicas, para la reducción de los sangrados, dolores menstruales, regulación del exceso de andrógenos y otras indicaciones.
Los anticonceptivos hormonales, ya sea en forma de píldoras, inyecciones, parches, anillo vaginal, endoceptivo o implante, cuentan con evidencia en eficacia y seguridad y pueden ser usados por largos periodos de tiempo sin afectar la fertilidad futura.
Entre los anticonceptivos no hormonales destaca el condón o preservativo, que puede ser masculino o femenino; como método único o asociado a otro, es el único que previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Otros métodos disponibles son la “T de cobre” que brinda anticoncepción económica prolongada, pero reversible, dando mayor tranquilidad e independencia a la mujer.